Consejos para Concursos literarios

El primer y mejor consejo que puedo daros es que utilicéis los concursos no solo como una opción para ganar dinero y reconocimiento, sino más bien como un recurso que os proporcione disparadores creativos.

Utilizar concursos literarios como disparador creativo es muy sencillo, solo hay que acudir a algún listado de concursos, entrar en cualquiera de ellos hasta dar con alguno que pida escribir sobre un tema (muchos de ellos lo hacen), y escribir un relato o microrrelato que se adapte a las características del concurso (tema y extensión). Pero si queremos utilizar los concursos como algo más, como una forma de aumentar nuestro currículum literario, o de conseguir un pequeño reconocimiento a nuestra pasión, hay algunas cosas más que debemos saber.

Consideraciones a tener en cuenta a la hora de escribir PARA un concurso

Lo primero de todo es ser conscientes de que estamos escribiendo para otra persona. Un jurado será el encargado de valorar nuestro texto, y no tendremos la posibilidad de leérselo nosotros mismos, ni de explicarle aquello que no haya entendido. Así que las florituras al leer nuestro texto carecerán de valor (los cambios de ritmo, el poner más intención en una palabra, el acompañar una frase con un gesto…); así como todas aquellas cosas que nosotros entendemos muy bien porque están en nuestra cabeza, pero el resto no. El jurado no valorará aquello que no comprenda, por muy buena que sea nuestra referencia a aquella vieja película polaca, o muy ácida que sea la descripción de nuestro vecino. Debemos hablarle al jurado de cosas que SEPAMOS que conocen. Podemos hacer referencias sutiles a temas concretos, pero asegurándonos de que son cosas conocidas por todos, y a ser posible, que toda la idea de nuestro relato no dependa de esas referencias. O podemos, por qué no, jugar a la lotería. Podemos hacer una referencia muy buena de un tema de nicho, y si da la casualidad de que el jurado lo conoce, habremos ganado muchos puntos con él… pero teniendo en cuenta que suele haber varios jurados diferentes, no es algo recomendable si nos presentamos a un concurso con la intención de resultar finalistas o ganadores, porque gustarle a un único jurado no suele ser suficiente.

Además de saber que estamos escribiendo para otra persona, tenemos que saber también que esa persona tendrá que leerse un montón de relatos en muy poco tiempo. Y que posiblemente no tenga ganas de hacerlo. Para esa persona puede ser un orgullo, una pasión, y un honor… pero también será trabajo, o un compromiso. Su disposición no será la de cualquier de nosotros cuando decide leer un libro, sino que se parecerá más a la de los alumnos de un instituto cuando les obligan a ello. Es por esto, que tendremos que llamar la atención del jurado, y no darle motivos para perder el interés o las ganas de leer nuestro relato. Esto significa, por un lado, captar su atención desde el principio, con un título llamativo o un comienzo impactante; y por el otro, no perderla presentando un texto mal escrito, o lleno de incorrecciones o faltas ortográficas, que hagan que el jurado tenga la sensación de que está dedicando más tiempo a leerlo que nosotros a escribirlo. Un buen comienzo, y un texto cuidado y trabajado, además del resto de características típicas del microrrelato, son suficiente para que cualquier jurado nos valore (y sé que esto puede parecer algo muy obvio, pero si habéis participado como jurado en alguna ocasión, sabréis que lo más habitual es recibir textos que no reúnen esas características). Para esto, lo más recomendable es que no escribamos el relato y lo presentemos a concurso inmediatamente, sino que lo dejemos descansar un poco antes de enviarlo, y lo repasemos un par de veces.

Por último, cuando se trata de concursos temáticos, debemos evitar el caer en lugares comunes. Si te presentas, por ejemplo, al concurso de la lenteja de tierra de campos, no quieres que tu relato sea el vigésimo que el jurado lee sobre las lentejas de la abuela, por mucho que sea el mejor de todos. Es recomendable darle un par de vueltas al tema propuesto y buscar una perspectiva original, sin pasarnos de listos.

Como elegir los concursos a los que nos presentaremos

La primera regla de oro es: a menor premio, menor mamoneo. A todos nos gustaría ganar seis mil euros por uno de nuestros relatos cortos, pero por norma general, cuando una empresa o institución invierte tanto dinero en un premio, espera recibir algo a cambio, ya sea promocionar a un escritor socio o amigo, ganarse un favor, devolverlo… Evidentemente, no puedo afirmar que todos los concursos dotados con grandes premios económicos estén amañados o limitados, pero si echáis un vistazo a los listados de ganadores de años anteriores y buscáis quiénes son, encontraréis patrones. Este riesgo existe en todos los concursos, lo he visto también en concursos con premios mucho más bajos, pero cuanto menor sea el premio, más probable es que nadie se moleste en mancharse las manos por él.

Una vez hayamos elegido uno con un premio no muy ostentoso, entra en juego el tema. En este aspecto podemos encontrarnos dos cosas: concursos de temática libre, o concursos que piden escribir sobre un tema en concreto. En los concursos de temática libre, la participación va a ser mucho mayor porque la gente que vea ese concurso va a probar suerte enviando aquel relatito que tenía escrito; además, el nivel, generalmente, va a ser mayor también porque no van a enviar relatos recién hechos y limitados por un tema, sino que probarán con el que consideren su mejor relato, dentro de los que se adapten a las especificaciones de extensión. Por tanto, en los concursos de temática libre competiremos con muchos más relatos, y posiblemente de mayor calidad.

Los concursos de temática concreta suelen tener una menor participación y los relatos, en general, están escritos más en el momento y con un tiempo mucho menor de reposo y corrección, por lo que el nivel medio suele ser más bajo. Por otro lado, en estos concursos es mucho más importante la originalidad con que se trata el tema en cuestión, y la capacidad de contar una historia diferente a la del resto, por lo que son los más apropiados desde la experiencia de la escritura creativa. Si además sois previsores, y sabiendo la fecha final de recepción del concurso escribís el relato con cierta antelación y os permitís darle algún reposo y después corregirlo con tranquilidad, tendréis una ventaja considerable.

El último factor a tener en cuenta a la hora de elegir los concursos a los que presentarnos es la forma de participar en ellos. La mayoría de ellos permiten participar en formato digital, ya sea enviando un correo electrónico o rellenando un formulario; estos, evidentemente tienen una mayor participación, ya que no te cuesta más que un par de minutos participar, sobre todo si es de temática libre y ya tienes tu relato escrito. Pero hay otros que, precisamente para evitar que les envíen cualquier relato (o conjunto de palabras), solo admiten la participación entregando el relato de forma presencial o por correo ordinario. En los que permiten participar desde tu ordenador, encontraremos, por lo general, una mayor participación y un nivel medio más bajo (la gente envía cualquier cosa); mientras que en los que exigen tener el relato en papel, la participación suele ser muchísimo menor, pero el nivel medio más alto (quien se molesta en imprimir su relato, comprar un sobre y enviarlo, posiblemente se haya molestado también en escribir su relato con cierto cariño y paciencia).

Y esto es todo, puede parecer un estupidez, pero a la hora de presentarse a un concurso literario, elegir bien el concurso es tan importante como presentar un buen texto; así que, sin más, os dejo la web de escritores.org para que elijáis el concurso en el que queréis participar, y… ¡Mucha suerte!

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«Un minuto es tiempo suficiente para crear vida, y para destruirla; tiempo suficiente para amar y para odiar; lo único que no cabe en un minuto, son los años perdidos»

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