Nº 11
Hoy he sonreído tres veces,
a una niña, a un anciano y a un recuerdo.
La niña era yo, lo era en los ojos,
devoraban con asombro un gran árbol de colores;
y después, a su madre, para decirle:
“está todo el arcoíris, menos tú”.
El anciano era yo, lo era en los labios,
dulces y secos, agrietados y hambrientos,
sujetando una uva entre las manos,
esperando a que se convierta en vino.
El recuerdo era yo, lo era a tu lado,
un día en el que fuimos libres,
y las sonrisas no chocaban
contra ninguna puerta imposible.