Nº 13

Antes lloraba más y dolía menos,

cuando el dolor era irremediable

y estos versos no estaban regados

del remedio que cicatriza, pero escuece.

La esperanza los convierte en carne,

los llena de vida y alimenta,

madre de pesares,

golpeada, humillada y rota,

que pelea cada pena.

Huye, como todos,

abandona ya estas manos,

deja que descanse.

Te lo digo en prosa, vamos, márchate;

Te lo digo en verso,

por favor, marchítate.

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