El silencio es miedo (parte 2)

Pues vamos con los números de la revista que faltan, y os sigo contando un poquito por encima. Al igual que en el artículo anterior, podéis leer cada revista pinchando sobre la imagen de la portada:

Aquí entra por primera vez Inés, una pintora palentina, con la imagen de la portada; más adelante habrá un número completo dedicado a sus cuadros. Como curiosidad, en este número se encuentra la única entrevista hecha en la revista, ya que dos colaboradoras quisieron entrevistar a Escandar y, por supuesto, lo consiguieron.

¡Una marioneta! Y en el interior, presentación del grupo de poesía DiVersos (un día os cuento la historia de ese grupo, y de como hay gente en este mundillo que arruina todo lo que toca, porque lo que buscan en verdad es un aplauso y echar un polvo, y el resto les da igual); y del grupo de relato Esprosados, del que sigo formando parte a día de hoy.

En este número se incorporan algunos miembros del ágora de la poesía de León, y desde aquí un recuerdo para el eterno caminante.

Por otro lado, como anécdota, os contaré que este número en concreto fue expuesto en el escaparate de la oficina de un partido político en mi ciudad, cosa que me tocó bastante los cojones, por dos motivos: Primero, porque nunca he querido politizar la revista, se trata de un espacio para expresarse y está abierto para todos; y segundo, porque si leéis el editorial, comprobaréis que pusieron la revista ahí sin haberla leído.

Este es el número que os decía antes, dedicado a los cuadros de Inés. Recoge los relatos escritos en una actividad con el taller de escritura creativa (primera participación de mis alumnos del taller), en donde utilizamos los cuadros como disparadores.

Este número es un concurso, porque hemos hecho de todo. Una amiga me propuso la idea, y allá fuimos.

Aquí el contenido sigue siendo similar, con la idea de siempre, pero… las ganas empiezan a desaparecer. Yo empiezo a tener otros proyectos personales que me ocupan mucho tiempo, no estoy tan pendiente de ir pidiendo textos, y los colaboradores también van haciendo sus propias historias por lo que publicar aquí ya no les llena tanto, ya no hace la misma ilusión. Y es normal, en este punto la revista debería estar llegando a gente nueva que se animara a publicar, pero eso no sucedió… la gente nos leía, pero no conseguíamos que pasaran de leer la revista a escribir en ella. El principio del fin; de la revista, no de las actividades.

Poco que decir, más de lo mismo, número hecho sin ganas. Además, al tiempo que hacía este número, preparaba una exposición sobre la revista en la Biblioteca Pública, algo así como un funeral anticipado xD.

En este número ya tuve que tirar de mis alumnos para completar las páginas, y a mí cada vez me daba más pereza tener que estar detrás de la gente para que la revista saliera, porque la idea inicial no era esa. No se trataba de decirle a la gente que publicara, sino de que vinieran ellos con algo que contar.

En este punto ya no sabía si habría más números, pero surgió la posibilidad de hacer uno con las fotografías de Agustín, y le di una oportunidad más a la revista. Me gusta como quedó el número, pero no me gusta admitir que tuve que ir diciéndole a la gente si se animaba a participar.

Este número salió ya en pandemia, y solo hubo versión digital. Es curioso porque es de los que más ilusión me hizo, a pesar de que en este momento ya sabía que a la revista le quedaba poco recorrido. En mitad del encierro, lancé una propuesta en un servidor de Minecraft, y un montón de gente se apuntó a escribir. Hasta hicimos un micrófono abierto por Discord, en un anfiteatro dentro del juego, y de ahí salió luego un concierto.

Para distraer un poquito más durante la pandemia, hice también un número que pudiera leer cualquiera. Aprovechando que solo iba a ser digital, la maquetación fue a todo color, que en internet los colores no te suben el precio. Si leéis el editorial, notaréis que suena a despedida.

Y aquí termina el viaje (de momento). Un año después del anterior, puede que más, saqué este, que es el último hasta la fecha. En el editorial queda todo dicho. Gracias a todos los que alguna vez compartieron estás páginas, y si llega gente nueva, aquí estaremos.

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«Un minuto es tiempo suficiente para crear vida, y para destruirla; tiempo suficiente para amar y para odiar; lo único que no cabe en un minuto, son los años perdidos»

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