La batalla del adminium

El adminium, Bedrock, o piedra base, es un bloque de Minecraft que tiene dos cualidades completamente diferentes al resto, ya que es irrompible y sirve para delimitar hasta donde puede desplazarse el jugador. Estas cualidades tan diferenciadas dentro de la experiencia de juego, nos sirven para darle al Bedrock una entidad propia, y utilizarlo dentro de nuestro nuevo Lore de forma que su existencia tenga una explicación.

La batalla del adminium, o la caída de los semidioses

Ya hemos hablado de la existencia de distintos semidioses que poblaron el Overworld milenios atrás, pero aún no hemos explicado el motivo de su desaparición. Tal y como comentamos anteriormente, los semidioses fueron arrojados sobre el Overworld sin ningún propósito específico, y fueron ellos mismos los que, en base a su personalidad y habilidades, fueron desarrollando su propio camino… hasta que ocurrió lo inevitable, y es que sus intereses comenzaron a chocar.

Mientras algunos de los semidioses se disolvían en medio de su voluntad creadora, hubo otros muchos que carecían de esta capacidad, y necesitaban darle otro sentido a su existencia. Tal fue el caso de dos que destacaban entre el resto, el Wither y la Dragona, quienes incapaces de crear, llegaron a la conclusión de que su función no podía ser otra que gobernar sobre lo creado. Tras siglos de gobernar de forma pacífica en diferentes dimensiones, ocurrió lo que suele ocurrir, y es que el liderazgo no se lleva bien con la multiplicidad de cargos, y en donde había dos líderes, era natural que acabara quedando solo uno. O ninguno.

La guerra comenzó por una estupidez, relacionada con una dimensión muy pequeña, conocida como el reservorio, en donde se almacenaban todos los tipos de vida existentes en el universo. En el reparto aleatorio de las dimensiones que había generado el equilibrio de poder, el reservorio había quedado en manos de la Dragona, pero el Wither quiso hacer uso de este ya que tenía la necesidad de crear algo vivo para saber qué se sentía. Sus tres cabezas miraron hacia el reservorio, y en un abrir y cerrar de ojos, apareció allí sin el permiso ni el conocimiento de la Dragona. Tras estudiar los entresijos de la vida, decidió colonizar aquel lugar con su propia creación, llenándolo todo de rosas del Wither… cuando la Dragona vio todo aquello, estalló el conflicto, declarando que en el universo hay muchos puestos para los que obedecen, pero solo uno para quien gobierna.

Los semidioses comenzaron a tomar partido por uno u otro candidato a liderarlos, y puesto que la mayoría de ellos aún habitaban el Overworld, fue allí donde tuvieron lugar las primeras luchas. Pero no todos los semidioses se posicionaron, algunos aún sentían la pulsión de crear, y entre estos destacaba Bedclaur, que encontró en esta guerra la inspiración que necesitaba.

Bedclaur observó con inmenso dolor como la lucha entre los semidioses castigaba el Overworld llenándolo de destrucción, e imaginó aterrorizado lo que ocurriría cuando el Overworld quedara destruido, y la lucha se fuera trasladando de una dimensión a otra, arrasándolo todo a su paso. Fue la motivación que necesitaba para desatar su poder y encontrar su cometido, y entre lágrimas, comenzó a rodear el Overworld de Bedrock, prometiendo al resto de semidioses que los encerraría en el Overworld para siempre, y así liberaría al resto de mundos de sus ansias de poder.

En un primer momento, los semidioses desoyeron la amenaza, pero tras intentar destruir el Bedrock sin éxito, comenzaron a huir hacia otras dimensiones, dispersándose por todo el universo, para que Bedclaur no pudiera aprisionarlos a todos. La batalla concluyó, y la era de los semidioses también.

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«Un minuto es tiempo suficiente para crear vida, y para destruirla; tiempo suficiente para amar y para odiar; lo único que no cabe en un minuto, son los años perdidos»

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