Lore alternativo: Parte 2 – El Nether de Minecraft

La mayoría de los jugadores consideran que el Nether de Minecraft es una representación del infierno, y no cabe duda de que los desarrolladores se basaron en la idea del infierno para crear esa ambientación, pero… ¿Hay algo más que nos sugiera que el Nether tiene algo que ver con el infierno? La realidad es que no. Más allá del paisaje, el Nether nos ofrece multitud de elementos para crear, en torno a él, una historia propia que no lo convierta en una dimensión complementaria del Overworld, sino en algo completamente distinto cuya relación con las otras dimensiones de Minecraft exploraremos en próximos artículos.

Si no has leído el Lore alternativo para el Overworld, que precede a este artículo, puedes hacerlo pinchando aquí. Pero ahora… hablemos del Nether.

¿Qué nos encontramos en el Nether?

El primer punto en el que podemos apoyarnos para dotar al Nether de una identidad propia, alejada de la idea de ser el infierno del Overworld, son los diferentes biomas que componen esta dimensión. Paseando por sus tierras, podemos encontrar desde vastas extensiones de lava, hasta bosques, pasando por enormes estructuras de basalto o desiertos de arena de almas. Además, en cada uno de estos biomas podremos visitar diferentes estructuras, entre las que destacan las fortalezas, los fósiles y los portales en ruinas. Todo esto es suficiente para contar una historia, como haremos a continuación, pero no es lo único.

Y es que el Nether cuenta también con vida propia, una gran cantidad de habitantes que solo podemos encontrar aquí, entre los que destacan tres razas dominantes:

  • Los Piglins y todas sus variaciones, una raza de cerdos humanoides que son la raza dominante del Nether, al menos en cuanto a número.
  • Los Blazes, unos seres que escupen fuego y que, dadas las características del Nether, sin duda tienen una gran relevancia en su historia, como veremos luego.
  • Los esqueletos del Wither, que defienden las fortalezas del Nether y sirven a su amo, el propio Wither.

¿Qué sabemos sobre el Lore del Nether?

En realidad, sabemos pocas cosas, pero las suficientes. Una de las características más llamativas es que las razas de cerdos humanoides sienten una gran atracción por el oro (¿serán conquistadores españoles?). Otra de las cosas que sabemos es que para invocar al Wither es necesario sacrificar a algunos de sus sirvientes, los esqueletos de Wither, ya que este se invoca a través de sus cabezas decapitadas. También sabemos que los Blazes aparecen a menudo junto a generadores de Blazes, por lo que podríamos intuir que no llegaron de forma voluntaria, sino que alguien los pone ahí… ¿tal vez aquellos que atravesaron esos portales en ruinas? Y lo más inquietante de todo… la presencia de Endermans en el Nether, los más altos de todos los seres que habitan Minecraft, los únicos que necesitarían portales de tres bloques de alto para viajar entre dimensiones…

Y por último, el nexo que lo une todo, el bloque que cuenta una historia por sí mismo: la arena de almas. Bloques de arena llenos de siluetas de rostros gritando, que desprenden un extraño fuego al prenderlos. Sin duda, tenemos suficientes herramientas con las que armar una buena historia, así que vamos a ello:

Historia alternativa del Nether de Minecraft

El Nether fue, en algún momento, un lugar en donde prosperaba una raza desconocida. Puesto que todo recuerdo de esta raza ha sido sepultado en arena, nos referiremos a ellos como los Netherians, y es aquí donde descubriréis su historia:

Los Netherians tuvieron la desgracia de habitar una tierra tosca, un lugar en el que la vida solo puede abrirse paso a la fuerza, y esto caracterizó todo su desarrollo como sociedad. La falta de recursos y las duras condiciones que propiciaba aquel terreno obligó a los Netherians a dedicar todos sus esfuerzos a luchar por la supervivencia, y este es el motivo por el que no podemos hablar de una gran civilización netheriana; los Netherians luchaban entre ellos para sobrevivir, vivían en reducidos clanes de guerreros cuya prioridad era alimentar a los suyos, y para ello no dudaban en quitarle la comida de la boca a otro Netheriano.

Como sociedad guerrera y siempre al borde del desastre, ocupar su tiempo en recolectar los materiales y suministros necesarios para la supervivencia era un lujo que, ni podían, ni querían permitirse; este es el motivo por el que cada asentamiento de Netherians no dudaba en, de forma cruel, esclavizar a los piglins que tenían la desgracia de habitar en su territorio. Estos piglins, que durante milenios habían habitado el Nether de forma pacífica, llegando incluso a diversificarse en diferentes razas, fueron la primera víctima de los Netherians, pero no la última.

Y es que nos falta una pincelada para terminar de pintar el cuadro, el motivo por el cual esta tierra inhóspita presenta paisajes desolados; su auténtico rey, el Wither. Otro día contaremos la historia del Wither, hablaremos de dónde procede, de cómo llego hasta aquí… pero en este punto de la trama, lo que necesitamos saber es que el Wither era la verdadera desgracia del Nether en general, y de los Netherians en particular. Este ser despreciable disfrutaba de tener seres vivos correteando por su mundo, pero de ninguna forma iba a permitir que estos se adueñaran del terreno, conquistándolo y transformándolo, es por esto que cuando algún asentamiento de Netherians prosperaba un poco más de lo permitido, llegando a un punto en el que fueran autosuficientes o quisieran abandonar su cultura guerrera, el Wither infestaba sus tierras de Blazes que se encargaban de diezmar la tribu. Y cuando esto ocurría, los Netherians sabían lo que tenían que hacer, era su ley, su religión, su filosofía… “El fuego de los Blazes solo puede apagarlo la verdadera oscuridad”, así rezaba su tradición, impuesta por la experiencia de siglos. En el momento en que llegaban los Blazes, los Netherians sabían que debían sacrificar a algunos de sus miembros para convocar ante ellos al Wither, y que este hiciera desaparecer a los Blazes. Y los muertos, los sacrificios, los voluntarios o los forzados a hacerlo… entregaban su fuego interno a la tierra, y tras el sacrificio, su alma descansaría en la arena. Tal era el motivo por el que el Wither permitía y toleraba la presencia de los Netherians, aumentar el terreno invadido por la tierra de almas que tanto le recordaba a su mundo, pero esta es otra historia, y ya llegaremos a ella.

El Nether era, entonces, una tierra en equilibrio; un equilibrio injusto y cruel, pero un equilibrio, al fin y al cabo. Hasta la aparición de los portales. Comenzaron a surgir por distintas partes del Nether portales que traían consigo unos seres alargados y misteriosos; en un principio, estos no parecían tener intenciones bélicas, pero los Netherians eran una sociedad guerrera, acostumbrada al asedio de los Blazes, al sometimiento de los diferentes, a la desconfianza de los iguales… era una sociedad en donde un nuevo agente nunca podría ser visto con buenos ojos, y allá donde veían un Enderman, se abalanzaban sobre él, y morían, pues no eran rivales para estos seres. No tardó demasiado en morir el último de los Netherians, y todos perdieron… Los Netherians desaparecieron, víctima de sus costumbres heredadas, el Wither se quedó sin súbditos que siguieran aumentando sus reservas de arena de almas, y los Endermans ya solo podían explorar un mundo desolado… Todos perdieron, menos los piglins.

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«Un minuto es tiempo suficiente para crear vida, y para destruirla; tiempo suficiente para amar y para odiar; lo único que no cabe en un minuto, son los años perdidos»

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