Nº5
Un verso alegre e impostado,
como la sonrisa de una estatua
traicionada por el cincel.
¡Qué felicidad!
Un recuerdo de otro,
que navega en la memoria
del mar arrepentido.
¡Qué felicidad!
Un baile de abrazos,
de manos que se tocan
y no se reconocen.
¡Qué felicidad!
Un amor puro,
tan real como el vacío
que lo cubre de sarcasmo.
¡Qué felicidad! ¡Qué felicidad! ¡Qué felicidad!